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viernes, 13 de septiembre de 2013

Las razones del éxito de "El cavernícola"

La obra protagonizada por Nancho Novo inicia su quinta temporada en Madrid

El cavernicola
Foto: Viajejet.com

Tenía ganas de ver "El cavernícola" para saber qué leches tiene que tener una obra de teatro para permanecer en la cartelera madrileña durante cuatro temporadas seguidas e incluso iniciar una quinta. No tuve una revelación mística ni me encontré con una nueva "función por hacer", pero desde luego me hizo pasar un buen rato. Y eso es mucho más de lo que otros montajes mucho más pretenciosos pueden ofrecer.

La fórmula de "El cavernícola" es sencilla y se basa en tres valores seguros. En primer lugar, se trata de un mónologo al estilo de "El club de la comedia", que tanto éxito ha cosechado en los últimos años. En segundo lugar, presenta de manera divertida una serie de situaciones sobre los choques sociales, sentimentales e incluso sexuales existentes entre hombres y mujeres, conflictos en los que todos nos solemos ver reconocidos y que provocan una carcajada fácil. Y en tercer lugar, la interacción con el público, el hacer que los asistentes participen en la acción escénica aunque sea a base de gritos o de votaciones por "aplausometro", recurso que siempre suele gustar a una buena parte del respetable.

Es decir, que no es una obra de una calidad excesiva. Es un claro ejemplo de lo que, para abreviar, solemos denominar como "teatro comercial". Pero por ello, ¿debemos menospreciarlo? ¿En ocasiones no nos pasamos de "estupendos" ninguneando este tipo de producciones de cara a cierto postureo cultural? Como en cualquier arte, hay géneros para todos los públicos y para todos los gustos, y todos ellos cumplen su función. Por ejemplo, acabo de ver la película "Dogville", de Lars Von Trier, y me ha gustado mucho su planteamiento escénico, el mensaje tan pesimista que plantea, su estructura tan teatral... pero a la vez, y por qué no decirlo, hay momentos en los que necesito (sí, he escrito "necesito") ver una película de Paco Martínez Soria o una "landada" con las que sé sin duda me voy a reír sin tener que entrar en cuestiones trascendentales. Quiero decir que con el teatro me pasa igual, y lo mismo disfruto un día con la magnífica "La función por hacer" (por mencionar una ya mencionada) que otro descargo estrés con "El cavernícola".

Por otro lado, y para finalizar, me sorprendió gratamente el protagonista de "El cavernícola", el actor Nancho Novo, al que tenía por un tipo mucho más estirado, y al que me gustó ver tan cómodo sobre el escenario, incluso cuando en dos ocasiones se quedó en blanco con el guión. Novo, que justificó este hecho explicando que hacía más de tres meses que no representaba la obra, solvento los lapsus con total naturalidad y simpatía, lo que da muestra de las tablas que tiene bajo sus pies.

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